Pasadas las navidades y todo lo que conlleva en ellas; comidas, compras, salidas, dulces, turrones y falta de rutina, nos enfrentamos a un año con nuevos propósitos y nuevas metas.  Año nuevo, vida nueva.

Uno de los propósitos que propongo es integrar en nuestra rutina una adecuada higiene bucodental, y entenderlo como algo natural y necesario. Para ayudaros os escribo en este post cómo hacerlo tanto en adultos como en bebés y niños.

Desde bebés se debe comenzar con una adecuada higiene, para ello debemos ayudarnos de una gasa y limpiar la encía después de cada toma. Cuando los dientes empiezan a erupcionar, alrededor de los 6 meses, el bebé comenzará a babear y a estar inquieto. Para apaciguar estas molestias os recomiendo el guante de masaje de MAM y el bálsamo gingival Lacer bebe, además de los mordedores frios

Una vez que han erupcionado todos los dientes hay que cepillarlos después de cada comida con un cepillo y pasta adecuada para ellos

Somos nosotros los adultos los que tenemos que cepillárselos; para ello nos colocaremos delante de un espejo y detrás de ellos y cepillaremos todas las superficies de sus dientes además de su lengua. Este hábito hay que incorporarlo en su día a día como un juego para que  forme parte de su rutina.

En los adultos es exactamente igual, hay que cepillarse los dientes después de cada comida. Una vez que nos acostumbremos a cepillarnos con esta frecuencia, se crea una necesidad.

El cepillado debe realizarse con movimientos circulares en todas las superficies de los dientes, además de la encía y la lengua.

En cuanto a usar cepillo eléctrico o manual, es indiferente; el objetivo es usarlo de forma efectiva y durante dos minutos.